La industria de la soja, desde hace varios meses viene alertando por una fuerte amenaza para la Argentina: la política de crecimiento en biocombustibles que están aplicando los principales países competidores, como Estados Unidos y Brasil, implica un riesgo de perder el liderazgo en las exportaciones de subproductos –harina y aceite– de la oleaginosa.
Esta advertencia fue nuevamente formulada luego de que el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, participara de un panel en la Cumbre sobre Cambio Climático COP27 que se realizó en Egipto.
“En la Argentina, el plan de adaptación y mitigación al cambio climático presentado en la COP borró a los biocombustibles de la agenda energética. Es un error grave y que se pagará caro en el largo plazo”, subrayó CIARA-CEC en un resumen publicado en su cuenta de Twitter.
? El presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, participó de un panel en la COP-27 sobre la importancia de los biocombustibles en la #TransiciónEnergética. A continuación, un hilo sobre nuestra visión ?
— Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) (@CamaraAceites) November 23, 2022
PANORAMA LOCAL Y MUNDIAL
Al analizar la situación, Idígoras recordó que hace 10 años que Argentina no crece en producción de soja, a contramano de sus competidores que no solo incrementaron su cosecha, sino también su industrialización.
Según el ejecutivo, entre este estancamiento, las adversidades climáticas, las regulaciones y la alta carga fiscal, el menor desarrollo del complejo sojero implicó que Argentina pierda de ganar U$S 43.500 millones.
Pero la principal luz de alerta es que tanto Estados Unidos como Brasil apalancaron su expansión en una mayor producción de biodiésel, en un camino que incluirá un nuevo salto en breve, ya que ambas naciones ya están trabajando en la nueva generación de biocombustibles.
En concreto, Estados Unidos es el que impulsa los Aceites Vegetales Hidrogenados (HVO), por sus siglas en inglés), en los que el 25% de la materia prima de origen será la soja. Esto, junto al biodiésel, implicará que el país norteamericano aumente su moliende y, por ende, su presencia en el mercado internacional de las harinas, en el que Argentina es líder.
Del mismo modo, en Brasil pasarán de un corte con biodiésel del 10% al 15% en 2023 y ya estiman para 2030 incorporar un 10% de HVO.
“La evolución de políticas públicas en el vecino país fueron clave para crear un marco regulatorio que le permitió aprovechar la mayor producción de granos y agregarles valor”, completó Idígoras, como contraste con lo sucedido en Argentina.